Misa de la Fiesta de Sta. Teresa de Kolkata 2017

Publicado: September 5, 2017

Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía durante la Misa anual en memoria de Sta. Teresa de Kolkata (anteriormente Madre Teresa de Calcuta) en la Iglesia de Nuestra Señora del Buen Consejo en Little Rock el martes, 5 de septiembre, 2017. Estuvo basada en estas lecturas para el Martes de la XXII semana del Tiempo ordinario, Ciclo I.


Obispo Taylor

El Evangelio de hoy habla acerca de “un hombre que tenía un demonio inmundo”. Como  con muchas personas a quienes atendió la Madre Teresa en las calles de Calcuta, había algo malo en este hombre, algo muy malo.

En medio del servicio, este hombre perdió el control de sí mismo completamente y se puso a gritarle a Jesús. Pero sus palabras no hacían sentido. En aquellos días la mayoría de las enfermedades eran atribuidas a los demonios. De cualquier manera, este hombre estaba muy mal. Y luego en nuestro Evangelio vemos que Jesús expulsó al demonio y liberó al hombre.

En el mundo de hoy hay muchos problemas urgentes. Hay refugiados políticos huyendo de zonas de guerra y refugiados por cuestiones económicas hundiéndose en el Mar Mediterráneo. No parece justo que algunos niños nazcan con privilegios, mientras otros niños tienen desventajas desde el día en que nacieron. Algunos son amados y protegidos, mientras que otros son desatendidos.

Nuestro mundo fue creado por un Dios que es mucho más sabio que cualquiera de nosotros. Si comenzamos a darnos cuenta de que el objetivo de la vida no es solamente la felicidad, sino más bien el carácter — conocerlo, amarlo y servirlo en esta vida para ser felices con él en la que viene — sería difícil imaginar un mundo mejor para desarrollar nuestro carácter.

¿Por qué Jesús sanó a un hombre en nuestro Evangelio y no a todos en el país? Las Misioneras de la Caridad atienden a los pobres con gran amor, pero aún queda mucho sufrimiento. ¿Acaso Dios no puede hacer algo al respecto? Cuando hablamos así, nos estamos cuestionando sobre Dios.

Si Dios es bondadoso y todopoderoso, ¿por qué permite tanto sufrimiento? ¿Por qué permitió que 4 Misioneras de la Caridad fueran asesinadas en Yemen hace algunos años? ¿Por qué tenemos leyes de inmigración tan injustas?

Esta es la pregunta del mal: ¿cómo puede Dios permitir la maldad? y es una pregunta muy difícil a la cual sólo Dios puede responder. Pero hay algunas cosas que podemos decir. Una de estas es: Si tú tuvieras el poder de crear un mundo mejor, ¿cómo se vería?

Naturalmente desearíamos que todos fueran felices, pero si piensan que seríamos felices en un mundo libre de problemas, consideren esto: Cuando un equipo de fútbol deja el campo después de un partido en el cual jugaron bien y ganaron, pueden estar seguros que físicamente se sienten golpeados y lastimados. Especialmente si fue un partido difícil, en el cual tuvieron que dar todo y colaborar como un equipo verdaderamente.

Tal vez se sientan golpeados físicamente pero dejan ese campo sumamente felices porque ganaron. Superaron la lucha. Sería difícil imaginar un mundo menos pleno que uno en el cual no hubiese nada difícil qué hacer. Ningún reto qué enfrentar, ninguna adversidad qué superar. Algunos de los momentos más felices de mi vida han surgido de mis victorias más difíciles de obtener. Las cosas que he logrado con el costo del sacrificio y del trabajo duro.

Y, ¿no fue eso el caso, incluso más, en la vida de la Madre Teresa y el ministerio de las Misioneras de la Caridad aquí en Arkansas, así como en otras partes del mundo? Este tipo de felicidad no ocurriría en un mundo libre de problemas.

Las personas a quienes admiramos más son aquellos hombres y mujeres como la Madre Teresa y el Padre Rother, quien pronto será beatificado, que han dedicado sus vidas a una causa en la cual creyeron profundamente y quienes así como Jesús lo hicieron a pesar de las consecuencias.

La Madre Teresa tuvo que superar innumerables obstáculos con determinación y persistencia. El Padre Rother se quedó con su rebaño en sus momentos de angustia y pagó por ello con su vida. ¿Cómo puede ser posible ese tipo de carácter en un mundo donde siempre se proteja lo bueno y se castigue lo malo?

Nuestro mundo fue creado por un Dios que es mucho más sabio que cualquiera de nosotros. Si comenzamos a darnos cuenta de que el objetivo de la vida no es solamente la felicidad, sino más bien el carácter — conocerlo, amarlo y servirlo en esta vida para ser felices con él en la que viene — sería difícil imaginar un mundo mejor para desarrollar nuestro carácter.

Y por supuesto, la prueba máxima de eso es la cruz de Jesucristo. Ahora, déjenme aclarar, yo no apruebo el sufrimiento humano, ni pretendo saber la respuesta al problema del sufrimiento. Pero estoy convencido de que Dios tiene una respuesta que excede nuestra capacidad actual de comprenderla, y que un día lo entenderemos. Mientras tanto, deberíamos simplemente confiar en el Señor y colaborar con él para hacer un mundo mejor.

Hoy Jesús liberó a un hombre de un demonio inmundo y en el proceso descubrimos que él es el Único y Santísimo Dios. Es a ese mismo Jesús a quien ustedes y yo damos testimonio cuando, como la Madre Teresa, abrazamos también nuestra cruz con amor abnegado.