Memoria de San Cornelio, Papa y san Cipriano, obispo, mártires 2025

Publicado: September 16, 2025

El Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía el 16 de septiembre de 2025.


Obispo Taylor

En nuestra primera lectura de hoy, san Pablo instruye a Timoteo sobre las cualidades necesarias en un obispo o diácono. Ambos deben estar casados ​​una sola vez y administrar bien su casa y a sus hijos. Tanto los obispos como los diáconos no deben ser borrachos ni avaros. San Pablo establece un estándar bastante bajo en este caso. Ambos deben ser dignos, no mentirosos y enseñar bien los misterios de la fe. Pero para los diáconos, aparentemente, ahí termina todo. Se supone que los obispos también deben ser sobrios, prudentes, decentes y hospitalarios, pero ¿por qué no los diáconos? Se supone que los obispos deben ser amables, no agresivos ni contenciosos, y tener buena reputación, pero ¿por qué no los diáconos? Y luego tenemos la ambigua declaración de Pablo sobre las mujeres — gunaikas en griego —, que en contexto podría referirse a las diáconas o a las esposas de los diáconos. Lo único que se les pedía a las mujeres era que fueran dignas, sobrias, fieles y no calumniadoras. Lo que todo esto tiene en común es que todos estamos llamados a ser virtuosos en nuestra vida.

Un aspecto preocupante de este pasaje es la forma en que San Pablo comienza su presentación, diciendo: «Quien aspire a ser obispo» debe tener todas estas cualidades. Creo que formularlo así es una mala idea, porque aspirar a ser obispo puede alimentar una ambición malsana, que es una de las trampas de la vida clerical. Así que yo diría: «Tengan todas estas virtudes por sí mismas, al servicio del Señor, y olvídense de aspirar a ascender en la jerarquía de la Iglesia. Si el Señor quiere que suceda, lo hará sin nuestra ayuda».

Por cierto, hace años, antes de ser obispo, oí decir que en realidad solo se necesitan tres cualidades en un obispo: no debe ser demasiado joven, ni demasiado inteligente, ni demasiado sano. En realidad, es todo lo contrario. Los obispos necesitan la sabiduría de años de experiencia pastoral; necesitan tener una buena educación y buena salud para poder cumplir con una tarea tan ardua… y en eso nuestra lectura de 1 Timoteo da en el clavo.