Domingo de Ramos prefigura lo que vendrá

Publicado: March 20, 2024

Comuníquese a su Parroquia para Horario de Misas

El Obispo Anthony B. Taylor celebrará la Misa del Domingo de Ramos en la Catedral de San Andrés en Little Rock a las 12:05 p.m. el domingo, 24 de marzo. Todos son bienvenidos. Para saber el horario de la Misa de Domingo de Ramos en su área, comuníquese a una parroquia cerca de usted. Para aprender por qué usamos palmas, lea sobre el simbolismo de las palmas o disfrute una manualidad con sus hijos haciendo una cruz con una palma.

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El Domingo de Ramos se celebra el domingo antes de la Pascua y marca el inicio de la Semana Santa. Iniciamos esta fiesta recreando los eventos de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Nos ponemos allí, con todos aquellos que se reunieron para celebrar la fiesta de la Pascua. Vemos a Jesús acercarse a la ciudad, montado en un burro, y nos emocionamos porque hemos escuchado las historias sobre los milagros que él ha realizado. Con nuestras palmas benditas clamamos: "'¡Hosana!'" "'Bendito sea el rey que viene en el nombre del Señor'". "'¡Hosana en las alturas!'" (Lucas 19, 24-40 y Marcos 11,1-10).

Las palmas se usaban en la tradición judía para celebrar el triunfo o la victoria. Para los cristianos, la palma se convirtió en un símbolo de martirio. Incluso las palabras que se usaron para alabar a Jesús en su entrada a Jerusalén tienen un significado más profundo. El Catecismo de la Iglesia Católica explica que la palabra “hosana” significa “sálvanos” o “danos la salvación”.

Este término junto con la aclamación, “bendito el que viene en el nombre del Señor”, se usa durante el Sanctus (Santo, Santo) de cada Misa. Concluye el prefacio a la oración eucarística “para introducir al memorial de la Pascua del Señor”. (Núm. 559)

La palma bendita que todos reciben en esta Misa es un sacramental para llevar a casa. Tradicionalmente los católicos mantienen sus palmas cerca o detrás de un crucifijo, sobre un altar de oración o con su Biblia. Mantener la palma sirve para recordar la pasión de Jesús y seguir sus pasos para cargar las cruces en nuestras propias vidas. Se les pide a los católicos regresar sus palmas al año siguiente para quemarlas para que las cenizas se puedan utilizar en el Miércoles de Ceniza para iniciar la Cuaresma nuevamente.

Pero eso no es todo lo que recreamos en este día. Al Domingo de Ramos también se le conoce como el Domingo de la Pasión y el motivo se hace evidente a medida que el tono de la Misa cambia radicalmente con la lectura de la pasión y muerte de Cristo como Evangelio del día. Formando parte de la multitud enojada, vamos desde darle la bienvenida a Jesús como rey hasta condenarlo como un criminal gritando: “¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!”

En una homilía sobre esos eventos, San Bernardo de Claraval (1090-1153) ofrece esta perspectiva. “¡Qué poco se parecen los ramos frescos a la cruz, y las flores a las espinas! Poco antes alfombran el suelo con mantos, ahora le arrancan el suyo y lo echan a suerte”.

Incluso aquellos más cercanos a Jesús lo abandonaron. Todos sus apóstoles, excepto Juan, huyeron temerosos. Cuando le preguntaron, Pedro negó incluso conocer a Jesús, no una, sino tres veces. ¿Qué vamos a hacer con esto? ¿Por qué nos ponemos en los zapatos de la gente que estuvo allí?

El Obispo Anthony B. Taylor nos ayuda a ver por qué esto es importante en su homilía del Domingo de Ramos 2018 (en inglés). “¿Qué hay de nosotros? ¿Qué hacemos cuando la fidelidad a Jesús nos resulta difícil? Si cambiamos el tema cuando la verdad se vuelve incómoda, entonces, ¿no somos aún más cobardes que Pedro? Por lo menos él estaba tratando de evitar ser arrestado; todo lo que nosotros arriesgamos es un poco de incomodidad.

“Cuando nos burlamos de los demás formamos parte de la multitud que se burló de Jesús. Cuando coronamos a la gente con espinosos recuerdos de pecados pasados y defectos personales, presionamos esa misma corona de espinas sobre la cabeza de su salvador y del nuestro también. Jesús oró por aquellos que lo perseguían; somos nosotros por los que él oraba. Cada vez que pedimos la ejecución de un criminal, formamos parte de aquellos que gritaron: ‘¡crucifícalo, crucifícalo!’ Jesús era inocente y el buen ladrón podría haber sido rehabilitado y las cosas no han cambiado mucho en 2,000 años”.

Para aquellos que no regresan sus palmas para ser quemadas para el Miércoles de Ceniza y desean desecharlas adecuadamente, la misma regla aplica como con cualquier objeto bendito. Nunca deben desecharlas en la basura. La manera adecuada es quemarlas o enterrarlas. En cuanto a las palmas benditas, sería apropiado quemarlas para enterrarlas en un jardín en su casa. Desde tiempos medievales, las personas han creído que las palmas benditas en la forma de una cruz los protegerían del peligro. Para aprender más, vea el simbolismo de las palmas o aprenda cómo hacer una cruz con una palma.