Ordenación Diaconal de Michael Johns

Publicado: May 24, 2016

Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la parroquia del Santísimo Sacramento en Jonesboro el martes 24 de mayo de 2016. Está basada en las siguientes lecturas: Núm. 3,5-9; Salmo 116; Hechos 8,26-40; y Jn. 15,9-17.


Obispo Taylor

Miguel, pienso que es verdaderamente extraordinario que hayas elegido la historia de Felipe y el Etíope eunuco como una de las lecturas de tu ordenación porque esta historia, de alguna manera inesperada reúne algunos elementos del ministerio diaconal al cual serás ordenado hoy y del ministerio sacerdotal al cual espero ordenarte el próximo año. ¡Después de todo, tú no dejas de ser un diácono cuando te conviertes en sacerdote!

Así que tenemos a Felipe, uno de los primeros siete diáconos, elegidos para cerrar la grieta que había surgido en la Iglesia entre los dos grupos lingüísticos en la comunidad de Jerusalén: aquellos que hablaban hebreo y aquellos que hablaban griego.

Estos hombres bilingües tenían una misión específica de ver por aquellos que estaban siendo olvidados, aquellos que por debido a diferencias culturales estaban siendo desatendidos en la distribución diaria del pan.

Hoy formalizamos tu respuesta al llamado de Jesús y su Iglesia, comprometiéndote a una vida de amor sacrificial, amando a los demás como Jesús te ha amado. Así que, Jesús te habla directamente a ti cuando en el Evangelio de hoy él dice: “No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto”.

Pero pronto hacen más que eso. Ellos se convierten en ministros no sólo del pan — pan como alimento para los pobres, un símbolo de la Eucaristía — sino también en ministros de la Palabra. Un compañero diácono, Esteban, será el primero diácono predicador.

Él proclama las Buenas Nuevas de Jesucristo y paga por ello con su vida. Esteban predicó a los judíos que hablaban griego. Felipe será el segundo diácono predicador y el primero en predicar a los no judíos, primero en Samaria y ahora al Etíope eunuco como acabas de escuchar. ¿Elegiste la historia de los eunucos porque estás a punto de prometer celibato? No es exactamente lo mismo.

De cualquier manera, fíjense lo que ocurre: Felipe, quien ha abierto su corazón para ir a dondequiera que lo guíe el Señor, se siente impulsado por el ángel del Señor para aprovechar cualquier oportunidad que el Señor le ofrezca para proclamar las Buenas Nuevas de Jesucristo, tal como lo había hecho Esteban.

En esto él es un ejemplo para nosotros de cómo aprovechar el momento cuando se presenta la oportunidad de llegar a los demás. En este caso, Felipe vio un hambre en este hombre — después de todo, él lo escuchó leer un pasaje del profeta Isaías.

Y fíjense que aunque correr para alcanzar su carro no parecía muy digno a los demás, Felipe se olvida del decoro para alcanzar a este forastero de piel oscura para poder explicarle ese pasaje de Isaías: “Como oveja fue llevado a la muerte …” — y por lo tanto proclamar a Jesús como cumplimiento de esa profecía.

Enseguida esto conduce a su bautismo — el primer bautismo registrado por un diácono en la historia de la Iglesia—el bautismo de un hombre que regresaría después a Etiopia como el primer cristiano, un país que permanece en su mayoría cristiano hoy, 2,000 años más tarde.

Miguel, hoy serás ordenado para ser un nuevo Felipe de nuestros tiempos. Un ministro de la caridad como aquellos primeros diáconos, elegidos para cerrar la grieta de las diferencias dentro de la Iglesia, con una preocupación especial por los marginados y aquellos que están siendo olvidados.

Un ministro de la Palabra, llamado a proclamar las Buenas Nuevas de Jesucristo con valentía como el diácono Esteban, dejando tu zona de confort para hacer lo mismo que hizo Felipe, listo para responder sinceramente al impulso del Espíritu Santo cuando se presenten oportunidades nuevas para llevar la luz de la fe de los Evangelios a las personas con hambre del Señor, quizá sin saberlo.

Llevar la luz del Evangelio para brillar en la oscuridad del mundo de hoy. Y claro, bautizando como lo hizo Felipe.

Hoy formalizamos tu respuesta al llamado de Jesús y su Iglesia, comprometiéndote a una vida de amor sacrificial, amando a los demás como Jesús te ha amado. Así que, Jesús te habla directamente a ti cuando en el Evangelio de hoy él dice: “No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto”.