Solemnidad de Cristo Rey 2014

Publicado: November 23, 2014

Obispo Anthony B. Taylor predicada la siguiente homilía en Iglesia de San José, Fayetteville de 22 de noviembre, y Iglesia de San Pedro el Pescador, Mountain Home de 23 de noviembre de 2014.

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Obispo Taylor

La vara del pastor (la cual llamamos báculo) la cual cargo como obispo es un recordatorio para mí y para ustedes sobre mi papel como pastor del rebaño que el Señor ha confiado a mi cuidado. Y, desafortunadamente, en este rebaño hay tanto ovejas como chivas.

En el Evangelio de hoy vemos que las ovejas son aquellas que hacen las Obras de Misericordia Corporales: cuidando del hambriento, del sediento, del forastero, del desnudo, del enfermo y del preso. Si continúan haciéndolo, Jesús les dirá en el Día del Juicio: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo”. Mi papel con respecto a ellos es hacer lo que pueda para alimentar su fe, mantenerlos en el camino correcto y fortalecerlos para que salgan adelante y transformen el mundo como agentes en lo que el Papa Francisco llama una “revolución de ternura”.

Pero también en el rebaño confiado a mi cuidado hay chivas que por alguna razón — usualmente por temor o egoísmo — dan la espalda a aquellos con necesidad y en ningún caso es más cierto esto en Estados Unidos hoy, que con respecto a cómo tratamos a los inmigrantes indocumentados y a los refugiados, el rehusarse a recibir al forastero. En el caso de estas chivas, mi papel como pastor requiere que hable claramente incluso rigurosamente en un esfuerzo por salvar sus almas.

Y estaría fallando en mi deber como su pastor si no actuara decisivamente y hablara claramente cuando veo parte del rebaño dirigiéndose al desastre.

El año pasado intercambié una serie de correos electrónicos con un hombre que le gusta definirse a sí mismo como un buen católico, pero cuyo corazón está lejos del Señor en cuanto al tema de recibir a los forasteros. Sus correos electrónicos estaban llenos de figuraciones y temor, y después de responder pacientemente a las preocupaciones que él expuso, finalmente tuve que enfocar su atención al Evangelio de hoy y advertirle que él estaba alineándose con las chivas y que era mejor que se convirtiera si quería salvar su alma. ¡Esto no se trata de política, sino de salvación!

¿Qué dijo Jesús? “Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles. Porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; fui forastero no me recibieron …” etcétera. “‘Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo’. Estos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”.

Hoy celebramos la Solemnidad de Cristo Rey y el Evangelio de hoy nos dice qué se necesitará para entrar a su Reino. No solamente él es rey, sino que también es legislador y juez, y ahora conocemos claramente por lo menos parte de los fundamentos sobre los cuales seremos juzgados. De hecho, este es el único lugar donde Jesús incluso trata este tema, tan obviamente que su intención es que tomemos sus palabras muy seriamente. Y estaría fallando en mi deber como su pastor si no actuara decisivamente y hablara claramente cuando veo parte del rebaño dirigiéndose al desastre.

Algunos en el rebaño son ovejas y algunos, desafortunadamente, son chivas … y el factor determinante es lo que hacemos cuando nos encontramos con personas con necesidad. ¿Cuál eres tú? ¡Esa decisión determinará si cuentas con un lugar en el reino de Dios!