Trinidad es relación de amor, confianza

Publicado: June 1, 2023

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La Solemnidad de la Santísima Trinidad se celebra cada año en la semana después de Pentecostés. Dios se nos ha revelado a sí mismo como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Él es tres personas en un solo Dios. El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que esta revelación es el misterio central de la fe y la vida cristiana.

Pero ¿cómo puede Dios ser Padre, Hijo y Espíritu Santo y seguir siendo un solo Dios? Esto puede sonar abrumador y difícil de comprender porque lo es.

En su homilía de 2019 (en inglés) en Noticias del Vaticano, el Padre Antony Kadavil relató una historia de cómo San Agustín trató de comprender el gran misterio de la Trinidad. Él caminaba por la orilla de la playa cuando vio a un niño vaciando agua del mar desde una concha hacia un pequeño hoyo en la arena.

San Agustín le preguntó al niño qué estaba haciendo. “‘Estoy tratando de vaciar el agua del mar en este hoyo’”, respondió el niño con una sonrisa inocente. ʻPero eso es imposible, mi querido niño’, dijo San Agustín. El niño se puso de pie, miró fijamente a los ojos de San Agustín y respondió: ‘lo que estás tratando de hacer — comprender la inmensidad de Dios con tu mente pequeña — es aún más imposible’. Luego desapareció. No fue un niño sino un ángel enviado por Dios para enseñarle una lección al santo”.

Pero para el santo esto no significó que debería dejar de intentar conocer a Dios.

“Luego, San Agustín escribió: ‘Tú ves la Trinidad cuando ves el amor’. Según él, el Padre es el amante, el Hijo es el amado y el Espíritu Santo es el amor que mantiene unidos a los dos. Esto significa que podemos comprender algo del misterio de la Santísima Trinidad más fácilmente con el corazón que con nuestra mente débil.

“Evagrio Póntico, un monje griego del cuarto siglo procedente de lo que actualmente es Turquía en Asia y que luego vivió su vocación en Egipto, dijo: ‘Dios no puede ser captado con la mente. Si Dios pudiera ser captado, Dios ya no sería Dios’”, añadió el Padre Kadavil.

“Dios es infinito, incluso mayor que toda la creación, por lo que debemos reconocer los límites de nuestro lenguaje”, escribió el Padre Harrison Ayre en Simply Catholic (en inglés). Pero advirtió contra la idea moderna de que a Dios “no se le puede conocer en absoluto por la razón humana”.

“Aunque es cierto que Dios es mayor de lo que la razón humana puede comprender plenamente, no significa que el hombre no puede conocer cosas acerca de Dios: i.e., que él existe, que él crea, que podemos conocerle a través de la creación, etc. Además, la idea no pasa la prueba de fe porque olvida la idea de que, aunque hay una diferencia aun mayor entre Dios y su creación, hay también una similitud: en toda la creación se aprecia la huella del creador, y este creador desea darse a conocer al mundo a través de la revelación’, él explicó.

“En términos de historia humana, Dios nos ha revelado sus tres personas progresivamente: primero en la persona del Padre, nuestro Creador, luego alrededor de 1000 años después en la persona de su Hijo, nuestro Redentor y luego finalmente en la persona del Espíritu Santo”, dijo el Obispo Anthony B. Taylor en su homilía de 2021.

El Padre Kadavil desglosó en detalle las maneras en que Dios se dio a conocer a través de los concilios de Nicea y Constantinopla, nuestros credos, las Escrituras, sacramentos, el catecismo, nuestras tradiciones, nuestra oración – básicamente cada aspecto de nuestra fe y vida es en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

“La sociedad moderna sigue el denominado principio ‘yo-y-yo’ de individualismo desenfrenado y el consiguiente consumismo”, él dijo. “Pero la doctrina de la santísima Trinidad nos desafía a adoptar un principio de ‘Dios-y-prójimo-y-yo’: ‘soy cristiano en la medida en que vivo una relación de amor con Dios y con los demás’”.

El Obispo Taylor describió la Trinidad de manera similar. “Dios cuya naturaleza misma es el amor, lo cual es una relación. Y ya que todas las relaciones requieren de otra persona con quien relacionarse, Dios cuenta con varias personas en el centro de su ser — él es uno y tres; de otra manera él no podría ser amor, lo cual es una relación. Una naturaleza divina (amor) subsistiendo en tres personas divinas en una relación íntima de amor y de confianza …”

En 2015 él dijo, “El amor del Padre se derrama en la creación y mantenimiento del mundo. El amor del Hijo se derrama en su sacrificio abnegado para nuestra salvación. Y el amor del Espíritu se derrama para fortalecernos y unirnos cuando enfrentamos tentaciones y desafíos que aún se nos presentan. El amor de Dios es dinámico, lleno de poder y siempre relacional — la fuente de nuestra vida, de nuestro ser, de nuestra salvación y de nuestra esperanza en la vida eterna.

“Hoy ustedes y yo somos invitados a reconocer que, así como Dios es relacional hasta el mismo centro de su ser, así también nosotros ya que fuimos creados por este Dios relacional. Así como la esencia de la naturaleza divina de Dios es el amor, así también — de una manera más limitada — la esencia de nuestra naturaleza humana es el amor también”, añadió el obispo.

“Y somos más plenamente humanos sólo cuando este amor nos caracteriza a cada uno de nosotros para ser relacionales en todo el sentido de la palabra. Si nos invertimos nosotros mismos en los demás y ellos en nosotros, entonces este amor también creará — para gloria de nuestro Dios Trino y para la construcción de su Reino. Nuestra fe no es estática en lo más mínimo. ¡Dios está haciendo cosas poderosas en nuestro mundo y se nos da una parte en su trabajo, al igual que se nos dará finalmente una parte en su victoria!”