30º Domingo del Tiempo Ordinario, Año A

Publicado: October 25, 2020

El Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en Oklahoma City el domingo, 25 de octubre de 2020.


Obispo Taylor

Los Estados Unidos es el primer país del mundo que tenía separación entre la Iglesia y el estado. En 1776 todos los demás países del mundo cristiano tenían una religión oficial del estado, lo que conllevó el beneficio de unir esos países y comunicar sus valores y creencias comunes, pero que también sirvió para legitimar al rey, y así el efecto malo de concederle mucho poder sobre los asuntos internos de la Iglesia en su reino.

En los países católicos, se hablaba del “derecho divino de los reyes” y acuerdos con el papa llamados concordatos guiaron esta unión entre la Iglesia y el estado en los países católicos. En los países protestantes como Inglaterra, el rey mismo era la cabeza no sólo del estado sino también de la iglesia. Y en todos los países era ilegal profesar otra religión que no era la del estado, lo que provocó la emigración de muchos en busca de otro lugar donde podían practicar su fe con libertad.

Así que los disidentes Puritanos colonizaron Massachusetts, Cuáqueros fundaron Pennsylvania y católicos ingleses disidentes fundaron Maryland, todos como lugares de refugio lejos del control directo del rey de Inglaterra y de la Iglesia Anglicana. Pero estos disidentes no eran tolerantes tampoco: Los Puritanos de Massachusetts obligaron a los Bautistas a marcharse a Rhode Island porque los vieron como una amenaza a la unidad religiosa de Massachusetts.

Otro modo de decirlo es simplemente preguntarte “¿qué haría Jesús?” Dado su enseñanza en el Nuevo Testamento, su Evangelio de la Vida, su opción preferencial para los pobres y oprimidos porque sus necesidades son más apremiantes “¿cómo votaría Jesús?” Y también, en vista de su trato con los políticos de su día, “¿cómo debemos pedir cuentas a nuestros mandatarios una vez que terminan las elecciones?”

En el Evangelio del domingo pasado, Jesús habló del tema de la relación entre Iglesia y estado ¡justo a tiempo para las elecciones nacionales! Cuando Jesús dice: “Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” significa dos cosas: (1.) ambos, el César y Dios tienen autoridad sobre nosotros; y (2.) la de Dios nos obliga más.

Es por eso que decimos que somos “Una nación BAJO Dios” aunque no nos portamos así. Como los reyes del pasado, lo que queremos de veras es que Dios acepte lo que nosotros creemos sirve más nuestro interés — sean nuestros objetivos militares aunque no cumplen con los criterios de una guerra justa, nuestra política económica explotadora, nuestra tolerancia de los que quieren cambiar el matrimonio para que sea algo diferente de la unión de un hombre y una mujer, nuestra falta de proteger la vida y los derechos humanos ya desde el primer momento de la concepción hasta la muerte natural.

Para prepararnos para las próximas elecciones, la Conferencia Episcopal de los EE.UU. ha publicado un documento titulado “Ciudadanía Fiel”, lo que nos presenta un resumen breve de la enseñanza católica para ayudarnos a formar nuestra conciencia conforme con la enseñanza de Jesús, para poder evaluar así los temas políticos de hoy — lo del César — para así “darle a Dios lo que le corresponde” por nuestra participación en la vida política del país.

Este documento subraya cuatro áreas de preocupación particular: 1.) defender la vida humana contra la amenaza del aborto; 2.) promover la vida familiar y lo sagrado que es el matrimonio; 3.) promover la justicia social, sobre todo los derechos humanos de los inmigrantes; y 4.) practicar la solidaridad, sobre todo la obligación de evitar la guerra y promover la paz, y aliviar la pobreza global.

El Evangelio del domingo pasado nos recordó que la autoridad que corresponde al César es menos que la que corresponde a Dios, lo que debemos tener presente al decidir cómo votar. Y la primera lectura de hoy aplica este principio al tema de la inmigración: “No debes molestar ni oprimir al forastero, porque tú mismo fuiste un forastero en la tierra de Egipto …” y "todos somos hijos de inmigrantes.”

Y hay que examinar este y los demás temas a la luz del Gran Mandamiento en el Evangelio de hoy: “Debes amar al Señor tu Dios con todo el corazón, toda el alma, y con toda tu mente … y a tu prójimo como a ti mismo.”

Otro modo de decirlo es simplemente preguntarte “¿qué haría Jesús?” Dado su enseñanza en el Nuevo Testamento, su Evangelio de la Vida, su opción preferencial para los pobres y oprimidos porque sus necesidades son más apremiantes “¿cómo votaría Jesús?”

Y también, en vista de su trato con los políticos de su día, “¿cómo debemos pedir cuentas a nuestros mandatarios una vez que terminan las elecciones?”