Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios (Año Nuevo)

1 de January de 2025

Lugar: Día de precepto – Oficinas diocesanas cerradas

Comuníquese a su Parroquia para Horario de Misas

La Solemnidad de la Santísima Virgen María, la Madre de Dios se celebra el 1º de enero. Es un día de precepto y se debe asistir a la Misa. Este sitio Web detalla el horario regular de Misas en las parroquias en Arkansas. Para ver el horario de las Misas de este día de precepto, comuníquese directamente a una parroquia. Oprima el botón de arriba para encontrar información de contacto de una parroquia cerca de usted.

El Catecismo de la Iglesia Católica explica el origen de este título de María. “Llamada en los Evangelios ‘la Madre de Jesús’, María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como ‘la madre de mi Señor’ desde antes del nacimiento de su hijo. En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente ‘Madre de Dios’ (Theotokos)”. (Núm. 495).

Theotokos” en griego significa “Madre de Dios”. Este título fue aprobado por el Concilio de Éfeso en 431 d.C. cuando los padres conciliares formalizaron la enseñanza, de que aquel nacido de María era verdaderamente el Hijo de Dios. Esto se realizó para combatir herejías sobre la verdadera naturaleza de Jesús en aquel entonces.

En la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, “Lumen Gentium”, el título, “Madre de Dios” aparece 13 veces en el Capítulo VIII, que explica que, “al anuncio del ángel recibió al Verbo de Dios en su alma y en su cuerpo y dio la Vida al mundo, es reconocida y venerada como verdadera Madre de Dios y del Redentor. Redimida de modo eminente, en previsión de los méritos de su Hijo, y unida a Él con un vínculo estrecho e indisoluble, está enriquecida con la suma prerrogativa y dignidad de ser la Madre de Dios Hijo, y por eso hija predilecta del Padre y sagrario del Espíritu Santo. …

“Pero a la vez está unida, en la estirpe de Adán, con todos los hombres que necesitan de la salvación. … Por ese motivo es también proclamada como miembro excelentísimo y enteramente singular de la Iglesia y como tipo y ejemplar acabadísimo de la misma en la fe y en la caridad, y a quien la Iglesia católica, instruida por el Espíritu Santo, venera, como a madre amantísima, con afecto de piedad filial”. (Concilio Vaticano II, 1964)

En su homilía de 2016 en esta fiesta, el Obispo Anthony B. Taylor reflexiona sobre la maternidad de María como un ejemplo para todos nosotros.

“Antes de Jesús, el pueblo entendía la Antigua Alianza como básicamente el resultado de un traslado de propiedad del dios falso, el faraón, al único Dios verdadero. Ellos habían sido esclavos y tenían que hacer lo que él les decía, les gustara o no. Ahora ellos pertenecen a Dios y tienen que hacer lo que él les dice. La palabra creyente en hebreo literalmente significa “esclavo”.

“Vemos que María se refiere a sí misma de esta manera en la Magnificat: ‘Proclama mi alma la grandeza del Señor, y se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava’ — el idioma inglés presenta la palabra como “sierva” pero el texto en realidad dice “su humilde esclava …”

“Así que es notable que San Pablo dice que esto ha cambiado con Jesús y la Nueva Alianza: ‘envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos … Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios’.

“Así que ahora hacemos la voluntad de Dios, no bajo la restricción de la Antigua Alianza porque somos esclavos, obligados a hacer lo que nuestro amo nos dice, o así te va, sino que lo hacemos libremente en la Nueva Alianza de la gracia. Nuestra obediencia ahora está arraigada en escuchar a Dios con un corazón abierto, aceptando en nuestras propias vidas la cruz de amor sacrificial, confiando que también compartiremos en su victoria sobre el pecado y la muerte.

“Y, ¿acaso no es esto precisamente lo que hizo María, cuya maternidad celebramos hoy? “Ella escuchó a Dios con un corazón dispuesto cuando el Ángel Gabriel se le apareció para invitarla a arriesgarlo todo para hacer la voluntad de Dios y traer a nuestro Salvador al mundo y luego los demás eventos en el nacimiento y niñez de Jesús. Nuestro pasaje dice ‘María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón’.  Es por este motivo que ella no solamente es la madre de la Iglesia, sino que también el ejemplo para los creyentes”.

Para aprender más sobre las enseñanzas de la Iglesia acerca de María, vea el catecismo, o vaya a EWTN para saber ¿por qué celebramos la solemnidad de María, Madre de Dios? o visite el Instituto Internacional de Investigación Mariana de la Universidad de Dayton, Ohio.